



En nuestro proyecto Del Capitolio Al Territorio, más allá de hacer seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz, durante estos siete años ha sido relevante escuchar y recopilar las historias de lideresas y líderes, víctimas y firmantes de paz que trabajan por la construcción de paz en sus territorios.
En un país como Colombia, que ha sufrido por más de 50 años el conflicto armado de manera directa e indirecta, la palabra paz tiene una carga significativa y emocional inmensa. Para algunos, su significado es el desarrollo de vías terciarias, una vivienda digna, la tenencia de la tierra; para otros, la paz tiene un vínculo con el arte, la salud mental, la construcción colectiva de memoria y cómo todo eso puede pasar de generación en generación.
Quienes cuidan la paz reúne diez historias de organizaciones, siete de ellas ubicadas en subregiones PDET, que a través de procesos autogestionados contribuyen al desarrollo en sus territorios. Son los relatos de un país que, pese a todo, sigue creyendo en la paz posible.
Ante la situación crítica de seguridad territorial que viven territorios como el Catatumbo, Cauca, Putumayo, entre otros, estas historias son una lección sobre lo que debe prevalecer frente al rol del Gobierno Nacional y local. Cada grupo presente en estás páginas: mujeres, jóvenes, indígenas, niños, niñas, campesinas, afros, madres, víctimas, colectivos, firmantes de paz, líderes y lideresas es una búsqueda para acercarnos y comprendernos como país.
Conoce sus historias aquí
Las mujeres de Bolívar: la búsqueda por la participación política
Tras años de conflicto armado, las mujeres en Montes de María se han organizado para reclamar lo propio. No siempre fue así, Janet Jiménez, lideresa social, recuerda la razón por la cual su necesidad se materializó en decisión: “todas las mujeres no sólo hemos sufrido algún tipo de violencia, sino todas las violencias por ser mujeres”.

Guardianas
de paz en el
Sur del Tolima
a través del arte
Ana Milena Villareal Rubio y Laura Sanabria Mape, fundadoras de la Colectiva Expresarte recuerdan el momento exacto en el que sus realidades cambiaron. En 2020, la pandemia las llevó de vuelta a sus territorios en el Sur del Tolima. “Me di cuenta de que estaba sola”, menciona Laura. Habituada a la efervescencia cultural de Ibagué, regresar significó encontrarse con un vacío: pocos espacios de expresión, pocas oportunidades para la juventud.

Mujeres
Chaparralunas:
la paz de generación
en generación
En Chaparral, Sur del Tolima, hay un espacio de construcción colectiva entre mujeres. La Red de Mujeres Chaparralunas no es solo una organización; es una apuesta por la autonomía, la educación y la equidad. Aquí, las experiencias individuales se entrelazan en un tejido común, donde cada historia fortalece a la siguiente, y el conocimiento no pertenece a una sola, sino a todas.

La ruta por los derechos humanos
en el Sur del Tolima
En febrero de 2025 conocimos en Ibagué a Mary Luz, víctimas del conflicto armado, junto a Jhon Correa, firmante del Acuerdo de Paz. Ambos trabajan desde INCOLDES por la implementación del Acuerdo. Lo que podría haber sido una distancia infranqueable se convirtió en el eje central de sus liderazgos: demostrar que la construcción de paz solo es posible si se reconoce la humanidad de todas las voces.

La resistencia
del resguardo humanitario
en el Bajo Cauca
En la subregión PDET del Bajo Cauca y Nordeste Antioqueño, las comunidades del pueblo indígena Senú ubicados en el municipio El Brage han forjado un camino de resistencia y autonomía en medio del conflicto armado colombiano.
En 2021 emprendieron la creación del
Resguardo Los Almendros #2, en el cual han logrado establecer mecanismos de protección, gobierno propio y desarrollo social que les han permitido sobrevivir y proteger a las comunidades tanto indígenas como campesinas del conflicto armado.

Museo de la
Memoria Tras las Huellas de El Placer
El 7 de noviembre de 1999, paramilitares del Bloque Sur de Putumayo ingresaron a la vereda El Placer, con el propósito de disputar el control del narcotráfico de la zona al Frente 48 de las FARC. Su llegada marcó el inicio de una serie de masacres y la posterior ocupación del territorio por casi siete años.
Hoy, en lo que fue la antigua escuela del corregimiento, funciona el Museo de la Memoria. A través de dibujos, objetos, pinturas y mensajes de las víctimas, el espacio se ha convertido en un símbolo de resignificación y reconstrucción del tejido social dañado debido al conflicto.

Echar raíces
en territorio:
La Rotativa
El nacimiento de niños y la llegada de familiares de los y las firmantes de paz a Tierra Grata permitió que La Rotativa evolucionara de ser un proceso de memoria, “(...) a ser una iniciativa pedagógica, cultural, de construcción de identidad, de tener unos procesos culturales en la comunidad, pues que le apostarán a la construcción de paz”.
María Fernanda y Marcos han visto La Rotativa como una oportunidad de cambiar el imaginario de los territorios, que han sido afectados por el conflicto, a través del trabajo cultural.

Reconstruir
la paz desde lo emocional en Buenaventura
Las historias de Maury Vanegas, fundador de Jóvenes Emprendedores de Paz; Felipe Portocarrero, representante legal de la Fundación Entrelazando el Tejido Social desde el Territorio (Fundetest); y de Leonard Rentería, actual director de las emisoras de paz y miembro de la organización Eleggua Comunicaciones reflejan el interés que tienen los y las jóvenes de Buenaventura por construir alternativas y procesos de formación que incidan en la construcción de paz. Los tres se encuentran en una lucha compartida por salvar a los jóvenes de la violencia, la desesperanza y el olvido.

No queremos parir más hijos para la guerra
Carmen García nació en Tibú, Norte de Santander. Es presidenta de la Asociación Madres del Catatumbo por la Paz, una organización que alberga más de 800 mujeres del territorio con un propósito: no parir más hijos para la guerra. Entre ellas se han ido capacitando con el objetivo de defender la vida tanto de las mujeres como de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Durante el 2022 pudimos conocer la historia de Carmen y otras madres que han impulsado sus liderazgos a través de la Asociación. Uno de sus logros ha sido la construcción de la Casa Refugio.

La paz que merecen nuestros hijos
La historia de Carlos refleja la resiliencia de quienes, tras dejar las armas, siguen apostando por un futuro en paz a pesar de todas las dificultades que enfrentan. Al mismo tiempo, es un testimonio de la realidad que enfrentan muchos firmantes, forzados a trasladarse a zonas urbanas en busca de nuevas oportunidades y construir sus propios sueños.

Si deseas descargar sus historias da clic en el botón.